Marc Kreydenweiss es un firme defensor en los principios biodinámicos y los ha aplicado a todos los aspectos del viñedo y del proceso de elaboración del vino. En su opinión, la biodinámica es el intercambio vivo entre la biología del suelo y todo el sistema radicular de la viña que expresa de forma tangible el “terroir” de las uvas. La biodinámica utiliza un cierto número de preparados vegetales, animales y minerales con distintos fines y en momentos concretos de la evolución anual de los organismos tratados.

En 1999, la familia Kreydenweiss adquirió la finca de Perrières, en Manduel, que reunía el terruño y el clima ideales para producir vinos tintos y desarrollar las variedades de uva del Midi. Además, Marc Kreydenweiss apostó por esta ubicación en el valle del Ródano por ser una zona sagrada que une importantes centros religiosos, incluida la ruta de peregrinación de Arles, y, como practicante de la biodinámica, aprovechó las excepcionales vibraciones del lugar. Los viticultores estaban especialmente interesados en cultivar una variedad antigua -la Cariñena, a punto de desaparecer-, además de Syrah, Garnacha y Mourvèdre.

Este vino ha sido elaborado exclusivamente con la variedad Cariñena procedente de viñas propiedad de la bodega en defensa de cuidar el patrimonio vinícola histórico de la zona.

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