El Grand Cru Zinnkoepflé produce vinos de calidad constante, añada tras añada. Éstos son aromáticos, potentes, generosos, cálidos y siempre sostenidos por una bella acidez que les da su particularidad.

Es un Grand Cru muy extenso con 71 hectáreas en suelos calcáreos y de arenisca, y una orientación sureste y suroeste. Las conchas calizas de Muschelkalk, salpicadas de inclusiones de la arenisca, sobre las que descansan los suelos de Zinnkoepflé aportan una finura aromática y una notable acidez sobre las que se estructura la soberbia potencia de los vinos de este terroir. Su potencial de envejecimiento supera fácilmente los diez años.

La variedad Gewurztraminer es la reina de este Grand Cru y sus vinos suelen estar marcados por azúcares residuales y botrytis, excepto los vinificados en seco, como el Riesling, que expresan una salina mineralidad y un cierto toque ahumado muy sutil. En general los vinos que se elaboran en este Grand Cru vienen marcados una madurez generosa que se refleja en boca con aromas de notas confitadas y tostadas. Al mismo tiempo, la estructura en boca está impregnada de un complejo frescor. Esta dualidad confiere a los vinos buena amplitud y una una mineralidad sutil, alargada y de gran precisión. Esta notable mineralidad se destaca sobre todo a partir de los 5 años de guarda.

Los Riesling, con su mineralidad, se disfrutan mejor con pescado de mar como el lenguado, el rodaballo o las vieiras, los quesos curados de vaca y oveja son perfectos para equilibrar la suave salinidad del Riesling.

Este vino está elaborado exclusivamente con Riesling procedentes de viñas propiedad de la bodega con una edad superior a los 30 años.

Un Grand Cru que muestra la complejidad y estructura de los vinos de Alsacia.

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