Uno de los Amontillados más exclusivos de Jerez de la Frontera. Producción limitada a unas 3.600 botellas anuales tras una exhaustiva selección de las mejores botas de roble americano de una solera con 30 años de crianza.

De manera más detallada y según la información de la bodega: tras la vendimia, los mostos fermentan en depósitos de acero inoxidable. Una vez terminada la fermentación se seleccionan los mostos mas finos y delicados para la elaboración de nuestros vinos finos. Inicialmente la graduación alcohólica natural es de 12% Vol. Este vino del año se “encabeza” con alcohol vínico hasta una graduación de 15,5 % Vol.

El proceso de envejecimiento comienza con crianza biológica por el sistema jerezano de solera y criaderas, en botas de roble americano de aproximadamente 500 litros de capacidad. Una vez agotada la crianza biológica, se vuelve a añadir alcohol vínico hasta 16 % Vol. comenzando la crianza oxidativa Durante el largo periodo de envejecimiento de este amontillado, se produce un complejo proceso en el que se unen los aromas de la crianza biológica, la extracción de compuestos aromáticos de la madera, la oxidación y la concentración de las sustancias del vino, llegando a alcanzar este vino los 19,5% Vol. de graduación alcohólica.

Una botella procedente de la saca de 2017 hecha en primavera.

Una delicia para disfrutar a copas maridando jamón ibérico de bellota o quesos de oveja muy curados.

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