Clos d’Agon Blanco 2017 es uno de los grandes vinos blancos del Empordà elaborados por una de las bodegas más prestigiosas de la zona,

La historia de Clos d’Agon se articula en torno a la Masía principal de la finca, el Mas Gil que da nombre a toda la propiedad y que a finales de los años 80 del siglo pasado fue adquirida un matrimonio de origen franco-belga donde surge la figura de Philippe Dambois, reputado por varios proyectos vitivinícolas. Des de sus inicios fue asesorado por sus amigos Pierre Galet y André Crespy, de la Universidad de Montpellier para sustituir antiguas viñas en vaso por viñas en espaldera de variedades típicas francesas, del gusto de Dambois, predominando las bordelesas entre las tintas y las del Valle del Ródano entre las blancas.

Sin embargo, la bodega fue vendida en 1998 por un grupo de 6 amigos suizos (2 en la actualidad, Alfons Niedhart y Jurg Maurer) relacionados con el comercio y la distribución de vinos y apasionados por este mundo vinícola. De 1998 a 2014 contaron con el asesoramiento del famoso enólogo Peter Sisseck (Pingus, Hacienda Monasterio, Quina Sardonia y PSI) en la elaboración de sus vinos.

Este vino es un ensamblaje  de 48% Roussanne, 33% Viognier y 19% Marsanne procedente de viñedos situados en parcelas de la propiedad situadas en Calonge, entre 40 y 140 metros de altitud y al comienzo de la cadena montañosa de Las Gavarres (Espacio natural Protegido) y a escasos kilómetros de la Costa Brava.

Nota de cata de elvi.net del 24/2/2022
Color amarillo brillante con una fina lágrima que va fluyendo lentamente. En nariz muestra una buena intensidad de aromas de fruta cítrica y blanca fresca, hierbas mediterráneas con tomillo, sutiles toques vegetales con algo de hinojo fresco, sensaciones frescas de tierra húmeda y fondo ligeramente ahumado que se podría atribuir a su fermentación y crianza en barricas. Notable entrada con una buena amplitud en todo su recorrido, fruta blanca intensa bien sabrosa, apuntes cítricos que aportan frescura y caracterizan su muy buena acidez, suaves sensaciones tánicas ligeramente secantes que resultan de su elaboración en barrica y aportan carácter e intensidad al conjunto, notable persistencia. Final bien largo con un postgusto de fruta blanca carnosa y postgusto suavemente ahumado.
Un vino blanco de guarda que irá creciendo con los años. ¿Quién se atreve a descorcharlo en 2030?

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